El encuentro con doña Sara de Antigua Guatemala. |
Sábado, 28 de Marzo de 2009 21:31 |
La
mañana gris, era una de aquellas que lo primero que uno se pregunta,
es: ¿Por qué me tuve que levantar hoy y aún más, por qué decidí ir de
viaje en una hora tan temprana?
Tal
como habíamos quedado con Jervin, un excelente amigo y asistente de
información, hoy uno de los mejores webmaster que tiene el país, nos
adentramos al viaje que habíamos programado para conquistar algunos
negocios en Antigua Guatemala. La mañana estaba fría y grisácea, a tal
punto que ya teníamos la cara de arrepentidos, pero nos llenamos de
fortaleza y continuamos con el objetivo comercial. Mientras más nos
adentrábamos al camino, llegó el momento que ya no pude más, empecé a
cabecear y gracias a Dios que yo no iba manejando, no quiero ni pensar
el porrazo que nos hubiéramos ido a dar.
La cuesta de las Cañas ha sido la causante de muchísimos accidentes, pero no es por lo dificultoso de las cuestita, sino por lo apacible que es el paisaje y casi como de ensueño y tan irreal a veces que uno pierde la realidad, como lo que me estaba sucediendo en pleno viaje. Eso me dio de inmediato la lucidez para retomar la conciencia y establecer una plática con el conductor amigo, que ya iba con las mismas intenciones en plena cuesta de las Cañas, previo a llegar a la Ciudad eterna de las flores, Antigua Guatemala. Hicimos una serie de fotografías para un Reportaje, nos reunimos con algunos de los buenos empresarios de la ciudad y para nosotros, este tipo de acercamiento había sido muy fructífero, al punto que, como un éxito inicial, ya podíamos empezar a diluir el tiempo en ver algunas otras cosas y lo mejor para conocer las ciudades son los mercados y los cementerios, pues el primero es la historia viva de un pueblo que vive y el segundo es la historia viva de un pueblo que muere, pero siempre aportando toda la riqueza, toda la historia, con el objetivo de que la siguiente generación aprenda y se fortalezca del actuar de sus semejantes y de sus antepasados. Cuando nos dimos cuenta, habíamos pasado el cementerio y estábamos a la orilla del mercado, fue cuando me llamo la atención de un negocito, ordenado a la orilla de la banqueta, con un techo hechizo, pero con el ímpetu de impacto comercial, con una buena atención al público, buenos precios, conocedores de sus productos y con el consejo de doña Sara Argentina Hernández Lopez, una de aquellas señoras que de inmediato se conecta con sus clientes y al final de cualquier negociación, uno ya la adopta como la Tía de la familia, pues su don de gentes, la convierte en muy entrañable.
Una
señora de las cinco décadas, nos cuenta que juntamente a sus hermanos,
se dedicaba a vender monedas a los extranjeros, desde cuando tenía once
años, aprendió a vender en ingles y por supuesto, como toda joven guapa,
se casó de inmediato y procreó siete hijos, pero el destino le jugó un
reto, al quedarse viuda muy rápido y no tuvo otra opción que continuar
con más fuerza en el campo donde ella tenía mucha experiencia,
ofreciendo su experiencia como la heredad de la familia y ahora es una
familia completa dedicada al gran negocio de las antigüedades, que va
desde las monedas, billetes, joyas, adornos para la oficina y el hogar,
así como piezas de colección y piezas únicas en su género.
Definitivamente yo estaba encantado al igual que Jervin, con la salvedad que el hambre ya nos estaba atacando, pues sin darnos cuenta ya había pasado más del medio día y cuando reviso mi caudal de viajero, me doy cuenta que no tenía lo suficiente para comprarle a mi Esposa alguna joya de las ya elegidas y lo que llevaba, de seguro no nos iba a alcanzar para el respectivo atracón en esa bella ciudad. De repente me llegó un excelente olor a Chiles Rellenos, que volví la cabeza y me voy encontrando con la fachada de un negocio de comida, según yo, sumamente sencillo, pero con la costumbre de vivir aventuras y conocer el territorio donde me encuentre, le prometí a doña Sara y a algunos de sus hijos que volvería, ella sumamente confiada, todavía me ofreció la joya a buen precio y fiada, pero no me la quise llevar, pues me pareció irreverente, pues no podía caer en el oportunismo, pero tuve la oportunidad de gozarme unas cuantas piezas que no había visto antes, se trataba de una medalla ofrecida a un militar que había participado en la desastrosa Segunda Guerra Mundial. Me comprometí de volver, pero en ese momento era más importante solucionar el problema del hambre y despidiéndome, atravesé la calle y entramos abruptamente al negocito, pidiendo de inmediato, almuerzos del famoso plato típico. Las señoras muy amables, pero sumamente extrañadas, nos atendieron de inmediato, pero no salían de su asombro, todavía se animaron a preguntarnos que queríamos tomar y muy seguros, simplemente pedimos una bebida carbonatada. La señora, asintió de inmediato, que éramos un par de verdaderos chiflados, hasta ese momento, no habíamos caído, hasta que un tipo bastante nervioso llegó al mismo lugar y pidió un salvavidas, hasta ese momento, nos dimos cuenta que habíamos entrado a una verdadera y popular cantina, pues los envases muy bien puestos y las paredes empapeladas con anuncios y afiches de guaro, además de otros bolos que empezaban a llegar, no pudimos hacer otra cosa que disfrutar de los chiles rellenos, que por cierto estaban muy buenos, con que razón doña Sara cuando se despidió de mi, moviendo la cabeza en forma negativa, se imaginó, este par anda de goma, pero ese día el hambre era muy parecido a estar de goma, lo único que no pensamos es que nos habíamos ido a meter a una cantina. En la actualidad, el negocio de doña Sara y su familia: Lourdez Rocio, Alan Roque, Oliver Steve y Douglas Miguel. Por su forma que tiene de atender al público y las formas que ha logrado en dimensionarse en ese magnifico campo de la numismática y las antigüedades, muy conocedora de sus productos, se les puede encontrar en el pasillo de Portal del Comercio, en los patios de la Iglesia La Merced y a la par del mercado, donde la conocí. Mi Esposa se hizo cliente de ella, además de otros amigos. Cuando pase por esta magnifica ciudad de Antigua Guatemala, no se pierda la oportunidad de conocerla, pues su vivencia, su experiencia y su conocimiento, la ha convertido en una de las riquezas humanas que dicha ciudad ofrece. Hasta la próxima apreciados Lectores.
Para mayor información:
douglassmigue@hotmail.com |
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