Mi gente, la que quiere vivir triste
Mi gente, la que quiere vivir triste |
EDITORIAL
En estas lamentables épocas de invierno, nos acongoja el alma a la mayoría de los guatemaltecos, de no contar con más alternativas para ayudar a tantos hermanos que las circunstancias mismas, los van atosigando y arrodillando a tales extremos que nos les dejan otra alternativa que vivir en las orillas de los barrancos, hasta que las mismas aguas lavan sus necesidades y la indiferencia de todos los que vemos las mala noticias y ya los vemos como si era necesario que parara.
Malas noticias, malas políticas de desarrollo social y sostenido y lo peor de todo, una sociedad que cada día esta siendo marcada por la peor de las indiferencias y que quieren la solución en pleno invierno, aunque la mayoría este comodamente en sus casas, calientitos y de brazos cruzados y que todavía lo miran en grandes pantallas planas almorzando o cenando, como si estuvieran viendo cualquier pelicula pirata de acción y todavía se molestan por la aparición de algunos rayones, en lo mejor de las pobres tomas de cualquier reportero o camarógrafo que por su actuar, también gana muy poco.
¿Que nos pasa a los guatemaltecos? también estamos perdiendo la dignidad de poner en peligro a los que más amamos, para poder vivir en la peor de las pobrezas y que se conforman con tomarse una foto de cerca con la más alta autoridad y seguir siendo usados como carne de cañón y no poder decirle nada a los que tienen la solución en las manos. Es menester de todos que la humildad que existe en el corazón de todos los guatemaltecos, no quiere decir que seámos lo peor de la pobreza, simplemente es un concepto mal concebido, pues no existe ninguna necesidad que sea más grande que el amor y respeto que le tenemos a nuestra gente que es lo que realmente no da la fuerza de seguir adelante.
Es bueno dar, pero también es bueno exigir, pues no podemos seguir paleando las mismas penas que se han paleado por generaciones y que nos conformemos con gobiernos que quieren darnos un par de láminas para callarnos la boca y que continuemos en esta indiferencia que ya se está haciendo cada día más y más mezquina.
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